A través de un acto presidido por autoridades de Gobierno, 21 mujeres y 109 hombres que se encontraban en prisión en el Sistema Penitenciario de Chinandega, recibieron la mañana de este 20 de agosto la libertad legal de convivencia familiar.
Este beneficio de libertad es el tercero durante este año y se promueve desde el 2018 por el Gobierno Central, presidido por el presidente Daniel Ortega y la vicemandataria Rosario Murillo; promotores de la alegría de vivir en paz, amor y unidad familiar.
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“He sido beneficiado con el indulto presidencial y la realidad de las cosas es que no es un eslogan, es una realidad que nuestro Gobierno es cristiano, socialista y solidario. Le doy gracias a Dios, al presidente y al personal del sistema porque realmente acá se esfuerzan por que las personas que cometemos una falta en la calle seamos reeducados”; dijo Antonio Matus, protagonista del beneficio legal de convivencia familiar.
Con esta acción el Gobierno de Nicaragua brinda una segunda oportunidad a ciudadanos que en algún momento de sus vidas cometieron delitos. Se les reconoce que en la actualidad han demostrado un buen comportamiento durante el cumplimiento de sus condenas.
Reflexión para mantener su libertad
Ellos indican que han reflexionado y adquirido conocimientos para poder insertarse a la sociedad. Además dicen que en estos centros se les brinda educación primaria, secundaria y técnica.
Darling del Rosario García, una de las beneficiadas, manifestó que “siento un agradecimiento por que nos dieron la oportunidad de estar nuevamente con nuestras familias e hijos. Pero este tiempo acá nos hizo entrar en razón. Y lo más importante es que nos enseñaron muchas cosas, en las que ahora podré trabajar para poder llevar la comida a mi hogar de manera honrada”.
A nivel nacional se beneficiaron de manera simultánea a 900 personas de siete centros penitenciarios ubicados en todo el país. A una sola voz expresan que no volverán a cometer esos delitos, ya que a pesar de recibir un buen trato en estos centros; no desean estar lejos de sus hogares.
Por Kelvin Montano