Miles de neozelandeses contemplaron a las bailarinas indígenas maoríes haciendo girar las esferas blancas «poi» y viajar en canoas tradicionales, o waka, en la pintoresca Bahía de Islas, mientras el país celebraba su 175 aniversario durante un fin de semana de tres días.
El día de Waitangi, como se llama la fiesta nacional, está lleno de protestas, música, celebraciones y reflexión.
El feriado conmemora la firma del documento fundacional del país, el tratado de Waitangi. El acuerdo entre la corona británica y los jefes maoríes otorgaba a Gran Bretaña soberanía sobre la incipiente nación. También garantizaba ciertos derechos a los maoríes sobre sus tierras y zonas de pesca tradicionales.
«Creo que es un día para reflexionar», señaló Te Ururoa Flavell, ministro de Desarrollo Maorí. «Reflexionar en dónde estamos como país en 2015. Reflexionar en los sueños y aspiraciones de nuestro pueblo hace 175 años».
El acuerdo no es sólo una cuestión maorí, sino sobre la relación entre todos los neozelandeses, señaló.
Cada año, la diminuta ciudad de Waitangi, en el extremo norte del país, celebra un popular festival sobre el terreno donde se firmó el acuerdo. Algunos grupos ofrecen la danza tradicional maorí, o kapa haka, mientras que otros reman en canoas. Los asistentes se ven recibidos con el olor del pan frito y manjares de marisco a la brasa.
WAITANGI, Nueva Zelanda (AP)