La película «50 sombras de Grey», adaptada del best seller erótico-sentimental y esperada ansiosamente por miles de fanáticos, resultó ser una película suavemente tórrida, lejos del escándalo que prometía una sofisticada campaña de marketing.
«No es demasiado hot», comentó Melanie, una chica de 17 años que vio la película en un cine de París.
La película fue estrenada el miércoles en Francia, en Bélgica, en Alemania (en el Festival Internacional de Berlín), en Serbia y Filipinas, en el marco de un lanzamiento mundial durante varios días hasta el sábado.
«¿Es usted un sádico? No, soy un dominador». Desde el inicio, Christian Grey, el personaje principal de la saga, le baja la temperatura a la película, que se estrena este miércoles en varios países.
A pesar de algunas escenas bastante crudas, la película está lejos de las referencias en materia de erotismo, como «El Imperio de los Sentidos», «Nueve semanas y media» o, más subversiva aún, «Último tango en París».
En Francia, uno de los países que tuvieron el privilegio del estreno mundial, la película es apta para mayores de 12 años, lo que da la pauta de su suavidad.
La película, basada en la novela de E.L. James, que sedujo a millones de lectores, sobre todo a un público femenino, cuenta la historia de amor y sumisión entre Grey y una joven de 22 años, todavía virgen, seducida durante una entrevista de empleo.
En el «cuarto rojo» del golden boy, poblado de látigos, esposas y aparatos de suplicios, Grey inicia a Anastasia en el sadomasoquismo y, entre caricias con una pluma de pavo real y cubitos de hielo, le propone que se someta a él.
«En el fondo se trata de una simple historia de amor, la de una jovencita sin experiencia, más fuerte de lo que ella misma supone, que encuentra a un hombre con un pasado doloroso, una historia sobre el poder de curación que posee el amor incondicional», resume E. L. James, cuya novela, traducida en 50 idiomas, se vendió en 100 millones de ejemplares.
«Las escenas sexuales saltaron a la tapa de los diarios, pero lo que conmovió a los lectores es la historia de amor», sostiene la autora.
Aunque «50 Sombras de Grey» estimuló la venta de juguetes sexuales, la novela y la película pertenecen a la categoría de obras en las que sadomasoquismo rima con romanticismo.
París, Francia | AFP