De la rotonda Cristo Rey, 50 metro al oeste, fue el lugar donde Fátima Coronado, de 36 años, se precipitó en un tragante de aguas putrefactas que no tienen sus tapaderas.
La humilde señora es no vidente, quien iba rumbo a su hogar en el barrio 380.
Paramédicos de Cruz Roja, se presentaron en el lugar, quienes le brindaron atención pre hospitalaria y en su valoración no necesitaba traslado a un hospital la humilde señora.
Después de ser atendida, un taxista solidariamente se ofreció llevar a la señora hasta la puerta de su casa.
Gerardo Reyes