Una bebé gitana fallecida en diciembre fue enterrada este lunes en un pueblo a las afueras de París, en medio de una gran polémica después de que se le denegara el entierro en el cementerio municipal de la localidad donde viven sus padres.
El pequeño féretro blanco con los restos de Maria Francesca, de dos meses y medio, recibió sepultura en la localidad de Wissous, al sur de París, al término de una ceremonia religiosa en la que participaron unas cien personas. La trágica muerte de la bebé, hija de padres rumanos, tomó tintes de escándalo este fin de semana al trascender que se le había denegado el entierro en el cementerio municipal de Champlan, otra localidad de la periferia de París.
En un primer momento se acusó al alcalde, Christian Leclerc, de haber denegado el entierro, pero éste se defendió con un enérgico desmentido y afirmó que fue malinterpretado. Los progenitores, que tienen también dos hijos varones de cinco y nueve años y según sus allegados llevan al menos ocho en Francia, viven en un campamento a las afueras de Champlan, cerca del aeropuerto de Orly, sin electricidad ni agua corriente.
El caso ha tocado una cuerda sensible en Francia, donde el desalojo de campamentos y la expulsión de familias gitanas en los últimos años han sido muy criticados.
Champlan, Francia | AFP