Destacando la gravedad de los problemas de seguridad aérea de Indonesia, el Ministerio de Transporte presentó el lunes duras medidas contra todos los que permitieron que el vuelo 8501 de AirAsia despegase sin tener los permisos adecuados incluyendo la suspensión de la operadora del aeropuerto y los funcionarios de la torre de control.
Las licencias y los horarios de todas las aerolíneas que vuelan en el país serán revisados también para comprobar si se están violando las leyes, dijo Djoko Murjatmodjo, director general en funciones de Transporte Aéreo.
«Quién sabe si otras aerolíneas están haciendo lo mismo», dijo.
Las nuevas medidas llegan mientras rescatistas siguen enfrentándose al mal tiempo sobre el mar de Java para recuperar los cuerpos y restos del Airbus A320 que se estrelló el pasado 28 de diciembre, matando a los 162 pasajeros y tripulantes a bordo.
El avión viajaba entre Surabaya, la segunda ciudad de Indonesia, y Singapur el domingo. Las autoridades han explicado que los permisos para la popular ruta eran solo para los lunes, martes, jueves y sábados y que AirAsia cambió discretamente tres de esos tres días. Funcionarios en Singapur, sin embargo, dijeron que el avión tenía permiso para aterrizar en su territorio los domingos.
Mientras la aerolínea está bajo investigación, Indonesia anunció el sábado que había prohibido todas sus rutas entre Surabaya y Singapur.
El director presidente de AirAsia Indonesia, Sunu Widyatmoko, dijo a través de un mensaje de texto el lunes que la empresa colaborará con el gobierno durante la evaluación, pero no quiso comentar las acusaciones sobre los permisos hasta que finalice el proceso. AirAsia, que comenzó a operar en 2001 y pronto se convirtió en una de las compañías de bajo coste más populares de la región, no ha sufrido ningún otro accidente y es considerada una referencia en cuanto a seguridad y profesionalidad.
Mientras los cuerpos siguen llegando, uno a uno, de vuelta a Surabaya, familiares de muchas de las víctimas han tenido dificultades para hacer frente a la lentitud del proceso y al temor de que sus seres queridos puedan no ser encontrados nunca. El lunes, se les ofreció la oportunidad de visitar el lugar donde el avión se estrelló en el mar, para esparcir flores y decir adiós.
«Facilitaré a las familias de las víctimas que quieran que puedan ver la zona directamente y cómo los rescatistas luchan contra las olas altas y el mal tiempo para buscar a sus seres queridos y el avión», dijo el general Moeldoko, máximo mando militar de Indonesia. «Prepararemos dos aviones y un buque de guerra para que vayan allí y lanzan flores».
PANGKALAN BUN, Indonesia (AP)