Las imágenes de los cuerpos y restos del avión flotando en aguas indonesias causaron angustia y dolor a los familiares y amigos de quienes viajaban a bordo del vuelo 8501 de AirAsia, pero también les dieron respuestas y cierto consuelo que otras familias han buscado en vano desde hace casi 10 meses.
Quienes tuvieron seres queridos a bordo de otro vuelo, el MH370 de Malaysia Airlines, sólo pueden imaginar qué les sucedió y esperan saberlo algún día con certeza.
«Hemos vivido con preocupación, miedo y odio, y nuestras vidas se han alterado por completo, pero somos gente común y no podemos hacer nada más», dijo Dai Shuqin, cuya hermana viajaba en el avión perdido con su esposa, su hija, yerno y nieto.
Lo sucedido con el vuelo MH370, que despegó el 8 de marzo de Kuala Lumpur, Malasia, con destino a Beijing, sigue siendo un misterio.
La aeronave desapareció tras salirse de su ruta y volar durante horas con los sistemas de navegación inhabilitados. Se cree que se estrelló a unos 1.800 kilómetros (1.100 millas) de la costa occidental de Australia, pero no se han encontrado rastros del jet que llevaba a 239 personas, la mayoría de nacionalidad china, pese a la extensa búsqueda que sigue en marcha.
Al conocer las noticias de que el avión de AirAsia había perdido contacto con las autoridades el domingo por la mañana, familiares de quienes viajaban en el vuelo MH370 dijeron que de inmediato sintieron simpatía con las familias que estaban en la misma posición de ellos el 8 de marzo. «Puedo sentir el frío que tuvieron ellos», dijo Jiang Hui, cuya madre estaba en el avión perdido.
Dos días después, cuando se localizaron restos de la nave en el mar, la historia cambió. Algunas familias de víctimas del vuelo 370 sintieron algo parecido a la envidia.
Las familias de vuelo de AirAsia «son más afortunadas que nosotros porque pronto supieron qué sucedió», dijo Song Chunjie, cuya hermana viajaba en el avión luego de unas vacaciones en las que se dedicó a tomar fotografías. «Conocer las malas noticias es doloroso pero lo es más para nosotros vivir en la incertidumbre y tener qué esperar a saber qué pasó».
Desde la desaparición del vuelo 370 familiares de los desaparecidos se han ayudado unos a otros para soportar la confusión que causó la tragedia. Muchos de ellos pasaron semanas juntos en un hotel al noreste de Beijing donde esperaban noticias del avión.
Han forjado nuevas amistades, pidieron respuestas y tuvieron enfrentamientos con autoridades chinas, que son precavidas ante cualquier tema que pueda causar inestabilidad social, aun las que no tienen tintes políticos.
Los familiares dicen que han estado sometidos a vigilancia policíaca continua y 16 de ellos fueron detenidos, uno de ellos golpeados, a mediados de julio en un centro de atención.
El doctor George Hu, psicólogo clínico en el hospital y clínica familia Unida en Beijing, dijo que los familiares de los pasajeros del MH370 pasan por un fenómeno psicológico que experimentan los padres de niños secuestrados.
«Peor que la pena es la incertidumbre, la indecisión entre el duelo y la esperanza. Eso es duro», dijo. «Es una situación difícil para la mente y muchas personas dicen que es peor que la pena».
BEIJING (AP)