A casi dos kilómetros de trayectoria en una difícil pendiente y entre la maleza del cerro Chiltepe en el municipio de Mateare, dos baqueanos no se imaginaban ni en sus más remotos pensamientos encontrarse con un cadáver, aparentemente de sexo masculino.
A los dos trabajadores de la finca la Esperanza les llamó la atención el mal olor que despedían los restos del desconocido.
Lo complicado de llegar al lugar no impidió que los peritos y otros uniformados se aseguraran de acercarse hasta el punto donde yace la osamenta. Aunque las causas de la muerte son un misterio, la dispersión de lo poco que quedaba del infortunado pudo ser obra de aves carroñeras y otros animales silvestres.
Los reportes policiales de ese municipio aun no registran alguna persona desaparecida; pero, según los lugareños, podría tratarse del cadáver de un intrépido atrapa garrobos, que aun sabiendo de los peligros que conlleva cazar solo, se aventuró a desafiar a la naturaleza.
Periodista: Loyda Padilla