Pedro Ribeiro vive a solo una cuadra de la playa de Copacabana, una de las más famosas del mundo. Pero casi todos los fines de semana maneja casi tres horas para tomar sol como le gusta, desnudo.
Después de una batalla de dos décadas como director de una asociación local de nudistas, Ribeiro logró que Río de Janeiro tuviera su primera playa nudista, lo que puede sorprender a muchos debido a la fama de la ciudad por sus desinhibidos carnavales y su actitud abierta.
La playa de Abrico, a unos 40 kilómetros (25 millas) al oeste del centro de Río, fue oficializada como playa nudista el mes pasado. Aunque los trajes de baño ínfimos de las playas brasileñas prácticamente no dejan nada a la imaginación, esas tiritas y triángulos que cubren las zonas más privadas del cuerpo representan toda la diferencia.
Rodeada de vegetación tropical, Abrico está aislada de las playas vecinas por formaciones rocosas. Debido a su aislamiento, había atraído a nudistas desde fines de la década de 1950, dijo Ribeiro. La ley municipal aprobada el mes pasado requiere que la policía patrulle la playa. Pero hasta ahora no ha venido nadie, según afirmó.
RIO DE JANEIRO (AP)