El gobierno de Puerto Rico se prepara para paralizar el transporte público en toda la isla por una propuesta para incrementar un impuesto al petróleo que está estancada en la legislatura local, medida que busca fortalecer a una agencia de transporte sumida en deudas en medio de crecientes preocupaciones de bancarrota.
Autobuses y trenes que dan servicio a unas 75.000 personas al día dejarán de operar el lunes, anunció el martes Miguel Torres, secretario de Transportación y Obras Públicas, en una conferencia de prensa.
El funcionario indicó que se ven forzados a tomar varias decisiones que tendrán un impacto sobre miles de trabajadores públicos, a pesar de que anteriormente su agencia aplicó medidas para recortar gastos, pero ello es insuficiente.
Todas las obras públicas también serán suspendidas, agregó, y el departamento carecerá de dinero suficiente para pagar los salarios a partir del lunes si no se aumenta el impuesto.
Líderes sindicales amenazaron con organizar una gran marcha hacia el capitolio el lunes para protestar por el impasse, que llega en momentos en que Puerto Rico comienza su octavo año en recesión y carga una deuda pública de 73.000 millones de dólares.
SAN JUAN, Puerto Rico (AP)