Es común ver en las calles personas con problemas mentales, pero unos jóvenes supuestos enfermos mentales destruyen inmuebles y amenazan a los ciudadanos con filosos machetes en las calles.
Los ciudadanos hastiados de tanta malicia hicieron justicia con sus propias manos y ataron de pies y manos a uno de los «enfermos» hasta que intervino la Policía.
La misma experiencia pasaron maestros y estudiantes de la comunidad El Jícaro, cuando un sujeto con problemas mentales por el licor, destruyó el portón de un centro educativo, acto en el cual tuvo que intervenir la Policía para evitar la destrucción del inmueble.
Luis Flores