Un hombre murió luego de un espantoso accidente, cuando quedó atrapado en un horno industrial a 280 grados y no tuvo manera de escapar, según aseguró el Daily Mail.
Alan Catterall de 54 años, de la región inglesa de Liverpool se había introducido en este horno para repararlo, pero un operador no se dio cuenta de la presencia de él y salió sin darse cuenta que estaba encerrando al desafortunado hombre.
Aparentemente Alan intentó con todas su fuerzas golpear el vidrio protector de la puerta que cerraba su camino hacia fuera con una barra de hierro, pero debido al sonido de la fábrica industrial nadie escuchó nada.
Los trabajadores se dieron cuenta del suceso hasta que vieron salir humo abundante del horno, por lo que se percataron que algo no andaba bien. Alan era padre de tres y su autopsia marcó que murió de quemaduras severas.
En la fábrica especializada en crear kayaks, el hombre llevaba trabajando más de 15 años, e incluso su esposa y una de sus hijas también trabajaban en el lugar.
AGENCIAS