Científicos han transformado bacterias E. coli en dispositivos de memoria modificando su genoma. Los datos se guardan mucho tiempo, se borran y se modifican fácilmente, lo que lo hace muy útil para usarlo en sensores de monitoreo ambiental y médico.
Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) han transformado las bacterias en dispositivos de memoria modificando su genoma. El estudio fue presentado en las páginas de la revista ‘Science’.
La nueva tecnología para el almacenamiento de memoria analógica es capaz de ‘grabar’ la intensidad y duración de un impacto externo. Para ello los investigadores crearon una ‘grabadora genómica’ que permite registrar información en cualquier zona del genoma.
Los científicos hicieron que las células produjeran una enzima llamada ‘recombinasa’ que puede insertar una secuencia de ADN en una localización especificada del genoma de la célula. La enzima se produce solo cuando entra en contacto con una señal predeterminada (ciertas moléculas o un rayo de luz).
La recombinasa puede insertar el ADN en cualquier parte del genoma. «Por eso llamamos ‘grabadora’ a este dispositivo, porque podemos decidir dónde grabar la señal exactamente», explicó el autor principal del estudio Timothy Lu.
Los datos grabados se almacenan en los genes de las bacterias y se transmiten de generación en generación. Asimismo, existen dos maneras de borrarlos.
Los dispositivos de memoria bacteriales pueden utilizarse en sensores que monitorean el medioambiente o colocarse en el intestino humano, donde los microbios supervisarán la cantidad de grasa y azúcar que entra en el organismo o advertirán de procesos inflamatorios. Asimismo, los dispositivos de memoria pueden ser útiles como parte de computadoras biológicas.