La sonda europea que se posó en un cometa en un hito histórico para la exploración espacial está anclada y segura en la superficie del cuerpo celeste, pese a algunos problemas técnicos, mostraron el jueves fotografías enviadas a la Tierra desde una distancia de 500 millones de kilómetros.
La sonda de aterrizaje, llamada Philae, fue lanzada desde la nave espacial Rosetta el miércoles mientras orbitaba al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, en la culminación de una odisea de 10 años para la Agencia Espacial Europea (ESA, por su sigla en inglés).
Sin embargo, durante el descenso de siete horas de Philae hacia el cometa, los arpones diseñados para anclar la sonda a la superficie tuvieron una falla de despliegue, lo que aumentó las preocupaciones de que el aparato rebotara de vuelta al espacio.
La ESA publicó una imagen el jueves de la sonda de aterrizaje de 100 kilos virtualmente sin peso en su ambiente actual sobre la rocosa superficie del cometa. La agencia espacial dijo que los datos muestran que la sonda rebotó dos veces hacia el espacio después de tocar la superficie el miércoles, pero posteriormente se posó de nuevo a eso de las 1730 GMT.
Los científicos esperan que las muestras obtenidas desde el cometa por Philae revelen detalles sobre cómo los planetas y posiblemente, incluso la vida evolucionaron, dado que la roca y hielo que componen a los cometas preservan moléculas orgánicas antiquísima, al estilo de una cápsula de tiempo.
Los cometas datan de la época de la formación del sistema solar, hace unos 4.600 millones de años. Los científicos sospechan que cometas que cayeron sobre la Tierra trajeron el agua al planeta en el pasado remoto.
FRÁNCFORT (Reuters)