Tras la celebración de la consulta de soberanía, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha reclamado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que permita que se celebre un referéndum «definitivo» sobre la independencia de Cataluña.
Mas, que intervino ante los medios tres horas después del cierre de los más de 1.300 puntos de votación habilitados para el 9-N, ha calificado de «éxito total» la votación, cuya participación ha cifrado en «más de dos millones de catalanes» que harán «dar un salto de gigante» a Cataluña.
Con los datos de asistencia a las urnas en la mano, Mas retó a Rajoy para a afronte una nueva votación legítima como la que se vivió en septiembre pasado en Escocia o las de hace años en Québec, y que fueron permitidas por el Reino Unido y Canadá, respectivamente.
Arropado por la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, el jefe del Ejecutivo catalán ha dicho, primero en catalán, y posteriormente en castellano, inglés y francés, que «[los catalanes] queremos decidir nuestro futuro político», instando al Gobierno central a comportarse «como un Estado democrático maduro» y a «respetar» la decisión de los catalanes de «decidir su futuro».
Mas ha valorado el proceso como «una lección de democracia en mayúsculas», agregando que la consulta sirve para demostrar que «Cataluña quiere gobernarse ella misma». El presidente ha anunciado que el próximo martes comparecerá para explicar «los pasos a seguir» a partir de ahora.
La Generalitat está trabajando para ofrecer esta misma noche los primeros resultados. Por su parte, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha afirmado que el 9-N es «un acto de propaganda política sin validez democrática, un acto estéril e inútil». Catalá señaló también que Mas ha tratado de ocultar con la votación su «fracaso personal».