¿Cómo serán los aviones con electricidad y biocombustible del futuro?

Se estima que para 2050, el tráfico aéreo aumentará siete veces y, como consecuencia, la emisión de gases de efecto invernadero se multipllicará por cuatro. Para evitarlo, los fabricantes de aeronaves e ingenieros diseñan ya los aviones del futuro.

El siguiente paso necesario para asegurar que la industria aeronáutica será más ecológica es la electrificación total de las aeronaves comerciales, afirma Ash Dove-Jay, investigador de ingeniería aeroespacial en la Universidad de Bristol, Reino Unido, informa ‘Daily Mail’.

El obstáculo tecnológico principal que hay que superar para conseguirlo es la densidad energética de las baterías, que mide cuánta potencia puede generarse por una batería de un cierto peso, explica el científico. Anteriormente, el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, había comentado que cuando las baterías fueran capaces de producir 400 vatios/hora por kilo, con la relación entre la batería y el peso total entre 0,7 y 0,8, el proyecto de una aeronave transcontinental eléctrica se haría convincente.

Dado que ahora las baterías de iones de litio son capaces de producir aproximadamente 300 vatios/hora por kilo, es razonable suponer que alcanzarán 400 vatios/hora por kilo en la próxima década, convirtiendo los aviones eléctricos en una realidad.

Como el coste de la producción de electricidad a base de energía solar se está reduciendo, al igual que los precios de baterías de ionos de litio para guardarla, el uso del combustible tradicional de queroseno se hará desproporcionadamente caro para 2050, lo cual favorecerá la electrificación.

Aparte de la electricidad, un combustible alternativo para las aeronaves en futuro próximo podría ser el biocombustible, que ofrece la posibilidad de reducir considerablemente las emisiones de carbono. No obstante, según Dove-Jay, la principal razón por la que la industria aeronáutica aún no haya adoptado el biocombustible es la diferencia de precio en comparación con los combustibles fósiles.

Además, la adopción de cualquier tecnología aeronáutica nueva, desde la investigación, el diseño, las pruebas y la integración completa, es típicamente un proceso que suele durar una década.

Dado que el motor de combustión será eliminado gradualmente para 2050, tiene sentido económico y medioambiental innovar en otras áreas como el diseño del armazón de avión o de la propulsión eléctrica, así como en el control del tráfico aéreo, afirmó Dove-Jay.

Por ejemplo, una aeronave eléctrica no necesitaría ya un sistema de propulsión grande y timones. Las alas de un avión del futuro pueden tener una forma completamente diferente de las de ahora e incluso podrían ser flexibles. La NASA ha mostrado un diseño que se parece a una nave espacial con el «cuerpo fusionado», mientras que el concepto Airbus 2050 tiene unas alas muy encorvadas y una cola inusual.

En 2050, los aeronaves del futuro y el control del tráfico aéreo utilizaran ordenadores más potentes. Los expertos predicen que para 2023, el equivalente de un ordenador de 1.000 dólares ahora será más poderoso que la capacidad potencial del cerebro de una persona y para 2045 sobrepasará el equivalente a la capacidad de los cerebros de todas las personas combinados. Al mismo tiempo, el tamaño de los medios electrónicos se irá reduciendo.

El incremento en la potencia computacional y la disminución de circuitos, acompañados por los avances en impresión 3D, significará que en la década siguiente será posible crear unos ordenadores minúsculos capaces de controlar toda la aeronave.