Este 2 de noviembre desde horas muy tempranas la población matagalpina se aglutinó en los cementerios de la ciudad para visitar a sus deudos.
Cada uno con ramos de flores, coronas o simplemente a limpiar y rezar un Padre Nuestro en la tumba de sus seres queridos hicieron acto de presencia.
«A las personas que se nos adelantaron se les debe de recordar con cariño a través de la obras que realizaron», dijo un familiar que visitaba el campo santo.
Por su parte, los comerciantes también aprovecharon esta fecha para generar un poco de dinero para el sustento de sus familias. Algunos limpiando, pintando tumbas, otros vendieron flores, postres y hasta comida.
Simón Francisco Hernández