China dejará de trasplantar los órganos de presos ejecutados a mediados del 2014, informó el viceministro de Sanidad, Huang Jiefu, citado por Reuters.
Los hospitales que todavía practican esas operaciones solo podrán utilizar órganos donados voluntariamente y asignados a través de un sistema nacional de control.
La falta de órganos se debe a la tradición funeraria china, que recomienda enterrar los cadáveres intactos o la incineración.