Además del terrorismo y las armas de destrucción masiva, un problema que preocupa a los altos cargos de la inteligencia estadounidense es el cambio climático, el cual, advierten, podrá provocar nuevas guerras.
Un informe elaborado por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, responsable de la supervisión de todas las agencias de inteligencia estadounidenses, recoge cuáles de los problemas que afectan actualmente al mundo deben ser estudiados a fondo en los próximos cuatro años por la inteligencia de EE.UU. y el cambio climático es uno de ellos.
La escasez de agua, la competencia por los alimentos y la energía seguirán preocupando a los altos cargos del Gobierno estadounidense y del extranjero, apunta el documento citado por la revista ‘Foreign Policy’.
Precisamente la escasez de este recurso representa actualmente una amenaza para la seguridad mundial que las agencias de inteligencia estadounidenses se toman tan en serio como la proliferación de armas de destrucción masiva, el terrorismo o los ataques cibernéticos, agrega.
«Muchos gobiernos afrontarán retos para satisfacer incluso las necesidades básicas de su población, ya que deben hacer frente a los cambios demográficos, las limitaciones de los recursos, los efectos del cambio climático y los riesgos que representan los brotes de enfermedades infecciosas a nivel mundial», advierte.
Debido a factores como el cambio climático, el crecimiento de la población mundial, la contaminación, la creciente urbanización y la producción industrial, cada año aumentan considerablemente las posibilidades de que haya menos agua dulce en el planeta. Eso, indica la revista, se traduce en menos agua para la agricultura y, por lo tanto, para la población.