La prioridad son los casos más vulnerables, mujeres madres solteras, adultos mayores y personas con discapacidad.
Un ejemplo del amor y solidaridad del gobierno fue la entrega de alimentos en manos de jóvenes de la Promotoría Solidaria, que llegaron a la casa de la señora Ovidia de Los Ángeles Castro, quien tiene un niño con discapacidad, hecho que le impide salir a la calle a trabajar; agregado a eso, su esposo no tiene un trabajo estable que le permita sostenerse económicamente todo el mes.
«En mi casa somos dos niños y dos adultos los que vivimos, mi hijo pequeño no habla, es autista, por eso yo no puedo salir a trabajar, soy ama de casa y mi esposo hay la rebusca a como puede haciendo trabajos de pintura».
Ahora ella se siente respaldada porque cada quince días le llega la provisión que le ayuda en la dieta diaria de su familia