Los aliados de EE.UU. en la OTAN parece que empiezan a desmarcarse uno tras otro de una eventual intervención militar en Siria sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU.
"Los países que se han negado con toda la determinación a participar de cualquier forma en acciones militares contra Siria sin la sanción de la ONU son de hecho, muchos más a parte de Reino Unido", dijo a la agencia rusa Itar Tass una fuente diplomática en Bruselas bajo condición de anonimato. "Se trata de al menos 12 países", precisó.
El diplomático subrayó que las consecuencias de una eventual intervención en Siria son "impredecibles", dijo que es poco probable que en el caso de una victoria de los rebeldes se logre una "paz de larga duración" en el país, y puso como ejemplo los acontecimientos en Libia, donde tras una cara operación aérea de OTAN el país se vio inmerso en una guerra civil.
Citando otras fuentes, Itar Tass afirma que entre los países que rechazan la intervención militar en Siria se encuentran Italia y Grecia. Hace unas horas la Cámara de los Comunes del Parlamento británico votó en contra de la iniciativa planteada por el primer ministro, David Cameron, de realizar un ataque militar "selectivo" en Siria "por razones humanitarias".
"El rechazo del Reino Unido a apoyar la agresión contra Siria es un duro golpe a las posiciones de los partidarios de la guerra, tanto en la OTAN, como en EE.UU. La disensión crece" escribió el asesor del presidente ruso, Yuri Ushakov en su cuenta en Twitter.