Al parecer pudo más la botella de licor, que las ganas de vivir, del ciudadano José Guzmán Cantarero de 41 años quien supuestamente tenía más de 20 años de andar en farra, hasta que encontró la muerte.
El ciudadano habitaba sólo con dos sobrinos, quienes dieron aviso al resto de la familia. Según familiares tenía 15 días de haber salido del hospital en el cual fue internado por el mismo alcohol, pero a este poco le importó y seguía «empinando el codo».
Según vecinos el tipo se ganaba la vida vendiendo agua helada en el Mercado El Mayoreo. Familiares optaron por no llevarlo a Medicina Legal ya que su muerte fue natural, e indicaron que el habitaba en el barrio Arnoldo Alemán.
Gerardo Reyes