Un hombre oriundo de Valledupar, en el noreste del Colombia, se hizo pasar por excanciller y diplomático de Líbano y como tal dio charlas sobre Medio Oriente, asesoró al Ejército sobre derechos humanos y gozó de invitaciones, señalaron el fin de semana medios colombianos.
La increíble historia del costeño Jeyson Jahir Puello, quien en credenciales en español, inglés y francés y con el escudo de la ONU aseguraba ser el libanés Jason Ali Hakim Abdullaziz Al Nayb, tuvo un final de película la semana pasada, cuando el impostor cayó a manos de la Policía, que le seguía los pasos desde hacía seis meses.
Puello, cuyo perfecto español y atuendo común y corriente estaban lejos de dejar entrever un origen árabe, se presentaba en dependencias militares o reuniones municipales sin vehículo propio. Esto generó las sospechas de un coronel del Ejército de Santander, que ante la duda consultó a la Embajada de Líbano en Bogotá.
La delegación no tardó en contestarle. «No existe ninguna persona (…) con ese nombre», dijo en una misiva citada este domingo por la revista Semana, en la que pedía «investigar y juzgar» al «estafador».
Así hizo el coronel. Una falsa convocatoria al «honorable embajador» permitió capturar a Puello el miércoles pasado, pero la Fiscalía debió dejarlo libre por falta de pruebas para iniciar una investigación.
Según reportó el diario El Tiempo, Puello portaba dos credenciales falsas: una supuestamente emitida por el ministerio de Exteriores colombiano y otra que lo identificaba como embajador del Líbano. Consultada por la AFP la Cancillería colombiana no efectuó declaraciones. No es la primera vez que algo así ocurre en Colombia.
Hace unos 50 años, un seminarista hizo creer a todos en Neiva, una ciudad de la cordillera central, que era el embajador de India en el país. La mentira del supuesto diplomático, que se aprovechó de cuanto privilegio pudo antes de ser descubierto, inspiró en 1987 «El embajador de la India», un recordado film colombiano protagonizado por Hugo Gómez.
BOGOTA, (AFP)
