Un tribunal condenó el jueves a 30 meses de prisión al sacerdote español Antonio Rodríguez López-Tercero por los delitos de agrupación ilícita con cabecillas de las pandillas de El Salvador y por ingresar objetos prohibidos a las cárceles.
Pero como la pena es menor a tres años, el Juzgado Especializado ordenó su libertad inmediata y la cárcel será sustituida por un período probatorio de dos años.
Según la Fiscalía, el religioso pidió a las autoridades de los centros penales que bajaran la intensidad del bloqueo de las señales a teléfonos celulares en las cárceles, desde donde supuestamente se hacían extorsiones. Además gestionó el traslado de pandilleros de una cárcel de máxima seguridad a otro centro penitenciario.
También se le acusó de introducir celulares, televisores, reproductores de televisión, joyas y otros objetos prohibidos a las prisiones.
Según la sentencia, el sacerdote que estará bajo un régimen de vigilancia tiene prohibido comunicarse de cualquier forma con los pandilleros e ingresar a cualquiera de los centros penales del país.
El juez también determinó que gozará de libertad migratoria y podrá salir del país sin ninguna restricción. El sacerdote pasionista compareció ante el juez en una audiencia especial luego que el Fiscal General de la República, Luis Martinez, informara que tras una negociación se acordó reducir su condena a cambio de información de los actos denunciados.
Martínez aseguró que el padre decidió colaborar con la justicia. «Ha dado su confesión» de los delitos que se le imputaban, dijo.
Agregó que «ha colaborado y hemos hecho un acuerdo, ha reflexionado en los errores que cometió y nosotros estamos dándole esa alternativa de arreglo».
SAN SALVADOR, El Salvador (AP)