La última sesión del Consejo de Seguridad de la ONU celebrada para discutir la situación en Ucrania pareció «un laberinto de espejos torcidos», dijo el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin.
El diplomático señaló que en el este de Ucrania tiene lugar una catástrofe humanitaria, pues cientos de civiles mueren y sufren hambre, pero que los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se preocupan solo por el convoy humanitario ruso.
Churkin enfatizó que el convoy ruso atravesó la frontera solo después de que Moscú recibiera el consentimiento del Gobierno de Ucrania, emitido el 12 de agosto. Sin embargo, más tarde Kiev empezó a negar que hubiera dado su visto bueno.
«Llegamos con ellos a un acuerdo formal, discutimos este tema con ellos. Si luego optaron por estafar es su problema», subrayó Churkin, citado por RIA Novosti.
Recordó que para enviar ayuda humanitaria a Siria ni siquiera se requería el permiso de las autoridades de Damasco.
El convoy humanitario consta de 280 camiones de color blanco que abandonaron la provincia de Moscú el 12 de agosto con rumbo a la frontera ucraniana. El convoy, con casi 2.000 toneladas de víveres, agua, alimentos infantiles y medicamentos, llegó a la frontera en la provincia rusa de Rostov el pasado día 17, momento desde el cual Ucrania y Rusia han ido acordando los trámites de inspecciones aduaneras y transporte de la carga. Este viernes los primeros camiones llegaron a la ciudad ucraniana de Lugansk.
Las partes acordaron que cada camión sería acompañado por un empleado de la Cruz Roja y que personal aduanero de ambos países sellaría los vehículos tras inspeccionarlos.
La Casa Blanca urge a Rusia que retire de Ucrania el convoy de ayuda humanitaria y amenaza con consecuencias si hace caso omiso.