Un total de 88 escuelas del norte de México no podrán iniciar las clases este lunes, como en el resto del país, ante el peligro de que puedan consumir agua contaminada con los 40.000 metros cúbicos de ácidos procedentes de una mina de cobre que se vertieron en dos ríos de la zona, informaron autoridades el domingo.
En declaraciones a The Associated Press, Carlos Arias, director de Protección Civil del norteño estado de Sonora, confió en que el curso escolar en los siete municipios más afectados por el derrame tóxico comience dentro de una semana, cuando ya puedan garantizar que los niños tengan agua potable en las escuelas.
El gobierno del estado, junto con las autoridades locales y federales, ha distribuido en la última semana más de cuatro millones de litros de agua potable mediante camiones cisterna, con los que se ha podido abastecer entre el 80 y el 90 por ciento de la población afectada, «pero todavía queda un pequeño porcentaje en zonas más aisladas a las que no se ha podido llegar», dijo Arias.
Pero el funcionario subrayó que hay otro problema igual de importante al que todavía no se ha dado solución: cómo apoyar a agricultores y ganaderos afectados, que son cerca de 3.000, porque su producción ya se resiente. El derrame de 40.000 metros cúbicos de ácidos y metales pesados, un volumen equivalente al agua contenida en 16 albercas olímpicas, ocurrió el 6 de agosto en Buenavista, una mina de cobre ubicada cerca de la frontera con EEUU.
Las autoridades federales analizan sanciones que puedan imponer a la minera, pero el funcionario de Sonora dijo que multas en torno al millón de pesos (77.000 dólares), que eran los primeros cálculos, «no cubrirían ni el 0,01 por ciento de los daños ocasionados».
MEXICO (AP)