La Iglesia Católica de Chile confirmó el martes que un sacerdote participó en la entrega en adopción de dos bebés sin el conocimiento de sus madres, y que incluso mantiene una «relación inapropiada» con una de ellas hasta la fecha.
Gerardo Joannon es también investigado judicialmente por entregar ilegalmente en las décadas de 1970 y 1980 un número indeterminado de menores a otras familias, nacidos de madres solteras a quienes habría dicho que los recién nacidos habían muerto.
«La investigación previa ha establecido la verosimilitud de las acusaciones (…) siempre supo que ambas guaguas (bebés) no murieron al nacer», dijo en una rueda de prensa Álex Vigueras, superior provincial de la Congregación de los Sagrados Corazones, encargado de divulgar el resultado de la investigación.
Además, la indagación de la institución religiosa reveló que Joannon ha mantenido por años una «relación inapropiada» con la madre de uno de los bebés entregados. «Esa relación fue importante para que el Padre Gerardo interviniera activamente en ese proceso de adopción», afirmó Vigueras. El sacerdote incluso celebró durante años misas de difuntos a sabiendas de que los menores no estaban muertos, añadió el superior.
En mayo, el cura Joannon compareció ante la brigada de derechos humanos de la policía de investigaciones en la capital chilena, donde fue interrogado en calidad de imputado. Inicialmente, Joannon fue ligado a los dos casos de adopciones irregulares investigados por la iglesia, pero el servicio de asistencia a menores de Chile presentó antecedentes a una fiscalía por al menos ocho.
Vigueras aseguró que los delitos canónicos están prescritos y, por lo tanto, no corresponde iniciar un proceso eclesiástico ni la aplicación de penas.
SANTIAGO, (Reuters)