¿Qué va a hacer EE.UU. con Irak? Ni siquiera Washington lo sabe

«No hay posibilidad de una solución política con los yihadistas del Estado Islámico», aseguró la portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Marie Harf. Pero su discurso además dejó claro que, de hecho, EE.UU. no tiene ninguna solución.

La necesidad de evitar el genocidio de las minorías religiosas y garantizar la seguridad del personal en las instalaciones estadounidenses en las zonas azotadas por el Estado Islámico han sido las principales causas de la decisión de Washington de lanzar ataques aéreos contra la milicia yihadista, declaró Harf, y argumentó que son un grupo terrorista que debe ser combatido.

Este jueves el presidente estadounidense, Barack Obama, autorizó ataques aéreos en el territorio de Irak. El Ejército de EE.UU. ya bombardeó una pieza de artillería móvil del Estado Islámico y un convoy de siete vehículos en las proximidades de la ciudad norteña iraquí de Erbil.

Sin embargo, en su última rueda de prensa Harf no ha podido dar una respuesta clara a los periodistas sobre por qué los bombardeos han sido aprobados ahora a pesar de que la situación humanitaria en el país es catastrófica desde hace mucho tiempo y el genocidio de minorías religiosas por parte de los extremistas tampoco es algo nuevo.

Ya Al Qaeda en Irak, predecesor del Estado Islámico, declaró a la minoría yazidí «infiel» y sancionó su matanza indiscriminada. Desde que empezó el avance del Estado Islámico en el país, al menos 500 yazidíes, 40 niños incluidos, han sido asesinados según las administraciones locales. Unos 150.000 se han visto obligados a desplazarse por temor a perder la vida. Según diferentes estimaciones, entre 15.000 y 40.000 refugiados, cristianos y yazidíes, permanecen actualmente atrapados en la cima del monte Sinjar, en la frontera con Siria, sin acceso a agua ni comida. El Ministerio de Derechos Humanos de Irak sostiene que los extremistas mantienen capturadas, además, a centenares de mujeres yazidíes.

Washington usará todos los recursos a su alcance para garantizar la seguridad de los miembros de la misión estadounidense en Irak, aseguró Harf. «EE.UU. no va a resolver el problema por los iraquíes. Lo deben hacer ellos», aseguró a su vez otro portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

El Departamento de Estado asegura que no existe la posibilidad de lanzar una nueva operación terrestre en el país árabe. Sin embargo, no puede ni siquiera pronosticar cuánto va a durar la actual ofensiva aérea. Por otra parte, Washington se compromete a asistir a los iraquíes con entrenamientos y equipamiento: el único detalle que no queda muy claro es qué tipo de entrenamiento y equipamiento puede proveer a los iraquíes ahora, si después de más de 10 años de presencia de instructores estadounidenses en el país, las fuerzas nacionales quedaron completamente indefensas ante la ofensiva yihadista.