Maxim Litvinenko, hermano menor de Alexander Litvinenko, que falleció en el 2006 supuestamente envenenado con polonio en un hotel londinense, asegura que el ex espía del KGB pudo ser envenenado por los servicios secretos británicos «para predisponer a la opinión pública contra Putin».
En declaraciones al The Daily Mail, desde la ciudad italiana de Rimini, Maxim Litvinenko se desdice de sus propias declaraciones de hace ocho años, cuando lanzó su dedo acusador hacia Rusia y dijo que su hermano era «el peor enemigo de Putin».
Maxim asegura ahora que su hermano estaba en realidad tramando el regreso a Rusia y que la información que poseía no tenía valor para Moscú: «No tenía secretos de estado en su poder, no había un interés especial en él».
«Mi hermano sí tenía sin embargo información sobre los disidentes rusos que podrían haber hecho sentirse incómodos a los británicos y a los americanos si hubiera vuelto», asegura Maxim Litvinenko, que revela que hace dos años recibió una llamada de un fiscal ruso que está investigando una nueva teoría: «Me sugirió que el polonio podría haber sido depositado a posteriori en su orina, y que en realidad pudo haber sido envenenado con talio, y que la carta que escribió (acusando a Putin) pudo haber sido falsa».
Marina Litivinenko, viuda del ex espía, asegura que las nuevas alegaciones del hermano pequeño de su ex marido son «mentiras» y confía en que la verdad aflore tras la investigación pública anunciada esta semana en el Reino Unido.