Los menores que cruzaron la frontera solos y ahora están albergados temporalmente en la base naval Port Hueneme están bien cuidados, contentos y recibiendo servicios como actividades recreativas y clases de inglés, pero su futuro sigue siendo incierto, dijeron el martes religiosos luego de visitar la instalación militar.
«Son niños felices, los están cuidando», dijo el obispo Juan Carlos Méndez, del Centro Cristiano Bet-El, una de las cerca de 15 personas que visitaron la base.
Los religiosos, sin embargo, dijeron estar preocupados por lo que les pasará después de que se reúnan con sus padres o familiares, cuando tengan que enfrentar dificultades como su proceso legal.
La base no permitió que el grupo hablara con los menores, pero Méndez dijo que los niños parecían contentos.
El grupo dio su reporte afuera de la instalación militar, frente a decenas de activistas y simpatizantes que llegaron en caravana para manifestar su apoyo a los menores y su rechazo al plan del presidente Barack Obama para agilizar sus deportaciones.
Más de 52.000 menores no acompañados han sido detenidos desde octubre, de acuerdo con la Policía de Aduanas y Protección Fronteriza. La mayoría procede de Honduras, Guatemala y El Salvador, que huyen de un ambiente violento y pobreza extrema, según el gobierno estadounidense.
LOS ANGELES (AP)