Akiko Ishihama sonrió nerviosamente cuando le preguntaron si sabía que la playa donde ella y su marido pasaban su luna de miel es famosa por los ataques de tiburones. «No, no sabía», respondió mientras observaba la bonita playa Boa Viagem. «Tal vez me tire a tomar sol».
Ishihama, de 28 años, y su esposo Makoto, de 32, comenzaron su luna de miel asistiendo al partido del sábado entre Japón y Costa de Marfil por la Copa Mundial en la Arena Pernambuco. Son parte de las decenas de miles de visitantes de todo el mundo que vendrán este mes una de las ciudades más grandes del noreste brasileño, en la que habrá cinco partidos. La popular playa Boa Viagem (Buen Viaje) se encuentra pocos kilómetros al sur del centro de Recife y las autoridades se están esforzando por alertar a la gente sobre los peligros que acechan, aunque con resultados mixtos. Abundan los carteles en español e inglés que dicen «peligro», indicó el portavoz del departamento de bomberos Valdy Oliveira.
El departamento agregó 20 salvavidas a los 50 que ya tenía en los sectores de la playa próximos a los hoteles, señaló. «Reforzamos nuestros protocolos de seguridad por estos ataques de tiburones», dijo Oliveira. «Especialmente donde el agua es turbia». Pero no todo el mundo ve o presta atención a los carteles y el hecho de que poca gente hable inglés en Brasil dificulta las cosas para el turista que no habla portugués o español.
Quienes hablan español no tienen tantos problemas porque las palabras son parecidas. En portugués tiburón es tubarao. Ishihama dijo que ella y su marido probablemente hubieran entrado al agua de no haber aparecido un periodista que les habló de los tiburones. «En nuestro hotel hay un solo empleado que habla inglés», expresó la mujer. Algunos turistas se sorprenden al ver los carteles alertando sobre los tiburones. Según la entidad estatal que lleva la cuenta de los incidentes con tiburones, 59 personas han sido atacadas por esos animales en Recife o sus alrededores desde 1992.
Veinticuatro murieron. Hace sólo 11 meses, Bruna Gobbi, una chica de 18 años de Sao Paulo, falleció al desangrase cuando un tiburón le mordió una pierna en Boa Viagem. Ello no impide que la playa se llene de gente. Pero la mayoría no se aventura más allá de un muro de arrecifes. David José de Lima, de 50 años y quien alquila sillas y sombrillas desde hace tres décadas, señala el lugar donde se produjo el ataque fatal de julio del año pasado. Videos del incidente muestran varios salvavidas –uno en una moto acuática y los otros nadando– que tratan de llegar hacia la mujer, rodeada de una mancha de sangre.
La gente salió rápidamente del agua y vio cómo un salvavidas sacaba a la mujer y la llevaba a una ambulancia. Al ver la pierna desgarrada, muchos se taparon la cara. Una mujer se recostó sobre un salvavidas y se puso a llorar. De Lima dice que siempre le recomienda a la gente que no vaya más allá de la línea de arrecifes. Pero quienes no hablan portugués a menudo no le entienden. Y bastante gente no le hace caso. «La gente bebe mucho y algunos tipos se creen que son bien machos y pasan del otro lado», expresó.
RECIFE, Brasil (AP)