Una serie de inundaciones provocaron hasta el miércoles la muerte de 10 personas en el estado de Paraná, en el sur de Brasil, y funcionarios estatales declararon estado de emergencia en 130 ciudades del país, entre ellas a la sede mundialista Curitiba y las populares Cataratas del Iguazú.
Las lluvias torrenciales comenzaron el sábado en el estado que limita con Paraguay y Argentina, pero para el miércoles el sol ya brillaba en la mayor parte de las regiones, según el instituto climático Simepar, con sede en Curitiba. Un nuevo frente frío llevaría más precipitaciones en gran parte del estado a partir de la tarde del viernes, dijo a Reuters la meteoróloga de Simepar Beatriz Porto da Silva, aunque aclaró que era demasiado pronto para anticipar si el primer partido de fútbol del Mundial programado en el estadio estatal Arena da Baixada se verá afectado.
Irán y Nigeria juegan en Curitiba el 16 de junio, cuatro días después del comienzo del Mundial, que se estima atraerá unos 800.000 visitantes extranjeros a Brasil. El partido corresponde a la primera fecha del Grupo F, que también integran Argentina y Bosnia. El Mundial se desarrollará en un año climático inusual para Brasil. En la habitual temporada de lluvias de enero y febrero el país fue afectado por una fuerte ola de calor y una sequía que dañaron las cosechas, pero ahora podría recibir precipitaciones intensas y fuera de temporada en el período de meses usualmente secos de julio y agosto, debido al fenómeno climático de El Niño.
El acceso a algunas áreas turísticas de las Cataratas del Iguazú en la frontera argentina fue restringido después de que el agua de una de las cascadas más grandes del mundo llegara hasta las pasarelas.Aún así, el ingreso al parque nacional que rodea las cataratas y que es una de las atracciones más populares de Sudamérica, se encontraba abierto el miércoles, dijo la oficina municipal de Foz do Iguazú. El aeropuerto y las carreteras aledañas también operaban normalmente, según reportes.
Las inundaciones más severas ocurrieron en el área centro sur de Paraná, una importante región agrícola que ahora está menos activa por su invierno más seco y frío. El estado se encuentra actualmente cosechando maíz y sembrando trigo. Autoridades estatales reportaron 52 heridos y tres personas desaparecidas en un boletín diario de inundaciones y estimaron que unas 500.000 personas fueron afectadas por los incidentes. No se reportaron muertes o heridos en Curitiba, pero 480 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares.
SAO PAULO (Reuters)