Mosquitos modificados genéticamente ofrecen esperanza en lucha contra la malaria

Científicos hallaron una forma de modificar mosquitos genéticamente para producir semen sólo capaz de generar machos, lo que ofrece un potencial nuevo enfoque en la lucha contra la malaria y su erradicación.

Investigadores del Imperial College de Londres probaron un método genético que distorsiona el sexo de los mosquitos Anopheles gambiae -principal transmisor del parásito de la malaria- y evita que se produzcan hembras, que son las que pican y transmiten la enfermedad a los humanos.

En un estudio publicado en la revista científica Nature Communications, el equipo informó que en las primeras pruebas de laboratorio, la técnica creó una variedad de mosquito totalmente fértil que producía descendencia masculina en un 95 por ciento.

«Por primera vez, hemos podido inhibir la producción de descendencia femenina en el laboratorio y esto proporciona nuevos medios para eliminar la enfermedad», dijo Andrea Crisanti, que lideró la investigación en el departamento de ciencias biológicas de la institución británica.

Nikolai Windbichler, coautor del estudio, dijo que lo más prometedor de los resultados era que son autosustentables.»Una vez que se introducen mosquitos modificados, los machos comenzarán a producir fundamentalmente descendencia masculina, y sus hijos harán lo mismo, así que esencialmente los mosquitos hacen el trabajo por nosotros», dijo.

La esperanza es que si esto se replica en la naturaleza, finalmente podría hacer desaparecer a la población de mosquitos transmisores de malaria.Expertos que no estuvieron directamente relacionados con el estudio se mostraron impresionados con los resultados y entusiasmados por su potencial.

La malaria mata a una 627.000 personas por año a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y la gran mayoría de sus victimas son bebés y niños de África subsahariana.Su control se ha visto amenazado por la expansión de mosquitos resistentes a los insecticidas y parásitos de malaria que no ceden ante los fármacos. La OMS estima que más de 3.400 millones de personas siguen en riesgo de contraer la enfermedad.

LONDRES (Reuters)