Solo en el caso de que Kiev retire sus tropas del sureste de Ucrania se podrá iniciar un diálogo a fin de llegar a una solución pacífica. Esa es la condición para negociar que propone el gobernador de la República Popular de Lugansk, Valeri Bólotov.
Esta semana el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el presidente electo de Ucrania, Piotr Poroshenko, coincidieron en la necesidad de poner fin al derramamiento de sangre en el sudeste de Ucrania, así como de que ambos bandos del conflicto el Ejército y los partidarios de la federalización cesen los combates.
En ese sentido, Bólotov ha declarado en una entrevista con el diario ruso ‘Komsomólskaya pravda’ que se puede iniciar un diálogo «si Kiev retira sus tropas de nuestras tierras», aunque ha insistido en que Lugansk puede vivir por sus propios medios. «Nosotros tenemos la fuerza y el potencial para construir en la República una economía fuerte», indicó.
Por otro lado, el gobernador de la República Popular de Lugansk ha recordado que «es imposible luchar contra todo el pueblo» que «está casi al 100% en contra de las autoridades [autoproclamadas de Kiev]». Asimismo, Bólotov lamenta que Kiev retire de los enfrentamientos a los soldados que «no quieren disparar contra los civiles» y que los reemplace «con militares nacionalistas y fascistas».
Mientras tanto, el asesor asistente del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tony Blinken, ha dicho que las autoridades ucranianas deberán abandonar el uso de la fuerza a gran escala si Rusia insta a las milicias ucranianas a deponer las armas y a participar en un diálogo político. Asimismo, Blinken aprovechó la oportunidad para aplaudir la decisión de Moscú de retirar sus tropas de la frontera y por respetar las elecciones en Ucrania.