Ecuador recomendó a la Organización de Estados Americanos que abandone su sede permanente en Washington durante la 44ta asamblea de ese organismo, en la que se debate el desarrollo económico con inclusión social.
El canciller ecuatoriano Ricardo Patiño dijo durante su participación en la sesión que «la realidad cambió y los organismos deben también adaptarse a los cambios».
Especificó que la OEA debe impulsar «un espacio integral de derechos humanos al que puedan recurrir individuos y organizaciones frente a los abusos de los Estados, pero también de los abusos de poderes mediáticos y las empresas transnacionales».
Patiño a su vez reivindicó la vigencia del Pacto de San José de Costa Rica, un compromiso para la promoción y el respeto de los derechos humanos, pero lamentó que Estados Unidos siga sin firmarlo.
«Mientras existan asimetrías con el financiamiento y asimetrías de recursos, se corre el riesgo de que el pacto quede convertido en palanca de presión política» y seguidamente recomendó que la OEA abandone su sede permanente en Washington «y se instale en un país firmante del Pacto de San José».
Las expresiones de Patiño contrastaron con la posición de José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, quien sostuvo que el organismo sigue teniendo «fuerza y vitalidad porque sigue cumpliendo con su principal objetivo: ser el foro político de los países de América, donde todo se dice, donde hay un verdadero diálogo, donde todos pueden participar en pie de igualdad y dar su opinión sobre cualquier tema relevante de la región, siendo tratado con dignidad y respeto».
La asamblea cerrará su periodo de sesiones el jueves con la difusión de una declaración en la que se destacará la no discriminación por raza, género o credo y el combate a la pobreza y la desigualdad social.
El analista político Ignacio Martínez dijo a The Associated Press opinó que «la imagen de la OEA está resquebrajada porque tiene mucha retórica y poca acción en el campo. Debe redefinirse, debe ser más ejecutiva».
Explicó, por ejemplo, que hay países de la región «con serios problemas con el sistema democrático porque aunque sus gobernantes fueron elegidos de forma legítima, en el ejercicio del poder atacan la libertad de prensa y de expresión, la libertad de reunión y manipulan la justicia. La OEA no interviene».
En tanto, el comentarista político Eduardo Arce dijo a AP que la OEA «está fuera de tiempo. Es un grupo supranacional sin ningún peso político ni económico ni social».
Arce indicó que las resoluciones de su comisión o de la corte de derechos humanos «no son cumplidas o tardan varios años en ser ejecutadas. Y no pasa nada. En varios países de la región existen grandes protestas por abusos estatales y la OEA no interviene».
ASUNCION, Paraguay (AP)