Cuando Jo viaja en un autobús, las personas le ceden su asiento y se detienen a preguntarle cuándo nacerá su bebé. Con 35 años, y en aparente estado de embarazo, es fácil comprobar el por qué de las interrogantes. Pero la historia del «gran estómago» de esta mujer es más complicada: su caso está relacionado con el consumo en demasía de alcohol, lo cual le provocó una cirrosis hepática.
El fluido que genera el hígado contiene nutrientes y toxinas que normalmente se procesarían. Sin embargo, jo debe trasaladarse cada tres semanas al Hospital James Cook University en Middlesbrough para realizarse drenajes, un procedimiento «doloroso» en el que se insertan agujas y el catéteres en su cuerpo. Mientras, centra sus esperanza de vida en un trasplante de hígado, a pesar que no hay garantías de que sobreviva con la intervención.
La historia de Jo es una de las tantas que se transmiten en un programa de televisión. En el espacio se muestran los daños que causan el consumo excesivo de alcohol en los jóvenes en todo el Reino Unido. Ella fue víctima de la adicción al alcohol, después de trabajar en un bar durante varios años. Rodeada de licores todo el día, su ingesta creció fuera de control en los últimos cinco años y terminó tomándose tres botellas de vino rosado todos los días.
Con el tiempo, Jo deberá someterse a la cirugía para tratar de aliviar la aglomeración de líquidos. Los médicos esperan que el proceso reduzca la presión sanguínea en el hígado y acumulación de líquido. Por lo general, en la técnica de drenaje se filtran la asombrosa cifra de 23 litros de su abdomen.
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