El expresidente guatemalteco Alfonso Portillo fue condenado el jueves a cinco años y 10 meses de prisión por aceptar sobornos, después que un juez federal rechazó la solicitud de indulgencia y dijo que la corrupción en el gobierno debe ser erradicada en todo el mundo.
El exmandatario, de 62 años, reconoció en marzo que aceptó 2,5 millones de dólares en sobornos para mantener el reconocimiento diplomático a Taiwán, un hecho que debe ser «inadmisible para el gobierno de Guatemala y para los demás países que participan de la convención de las Naciones Unidas contra la corrupción», dijo el juez federal de distrito Robert P. Patterson.
Portillo fue el presidente de Guatemala de 2000 a 2004. Fue extraditado a Estados Unidos hace un año y sigue detenido tras declararse culpable en marzo de un cargo de confabularse para lavar dinero.
Brian Su, subdirector general de la Oficina de Asuntos Económicos y Culturales de Taipei, dijo que Ma Ying-jeou, presidente de Taiwán desde 2008, «rechaza la diplomacia del dinero».
«Siento un gran remordimiento y vergüenza no sólo por los delito que cometí, sino también por las consecuencias para otras personas e instituciones», dijo en español.
Entonces describió lo que creía fueron sus logros como presidente de Guatemala y dijo que limpió el sistema financiero, modificó los impuestos, extendió derechos a los sindicatos, aumentó el sueldo a los maestros y alfabetizó a más de 1 millón de personas.
«No estoy tratando de justificar mi error o delito», dijo. «Dios y la historia sabrán si fu un hombre bueno o malo durante el tiempo que he pasado en esta tierra».
Cuando Portillo terminó su alocución, el fiscal federal adjunto Adam Fee lo calificó de un «discurso político».
«Lo hizo por avaricia», dijo Fee, agregando que usó los primeros 500.000 dólares que recibió de Taiwán para construir una mansión para reuniones y entretenimiento.
NUEVA YORK (AP)