El autor de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Jaled Cheij Mohamed, afirmó en una carta al expresidente Barack Obama que esos ataques que dejaron unos 3.000 muertos fueron resultado de la política exterior de Estados Unidos, que mató a muchos inocentes.
Cheij Mohamed, autoproclamado cerebro de los atentados, comenzó a escribir la carta de 18 páginas en 2014 y fue enviada a "la cabeza de la serpiente, Barack Obama" y dirigida a la "nación de la opresión y la tiranía", indicó a la AFP el abogado defensor David Nevin, que proporcionó una copia.
Fechada el 8 de enero de 2015, la carta llegó a la Casa Blanca en los últimos días de la presidencia de Obama, según la prensa local, después de que un juzgado militar ordenara a la prisión de Guantánamo, donde está detenido Mohamed, que la entregara.
"No fuimos nosotros quienes lanzamos la guerra contra ustedes en septiembre de 2001, fueron ustedes y sus dictadores en nuestras tierras", escribe Cheij Mohamed.
Afirma que Dios estaba de lado de los piratas del aire de Al Qaeda para cometer los atentados en Nueva York y Washington, durante la presidencia de George W. Bush.
"Alá nos ayudo ha realizarlos (los atentados) el 11 de septiembre, a destruir la economía capitalista, a tomarlos desprevenidos y a exhibir la hipocresía de sus argumentos de larga data sobre la democracia y la libertad", escribe el detenido, origen pakistaní.
Enumerando una lista de "masacres brutales y salvajes" de Estados Unidos, desde Vietnam a las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, Cheij Mohamed evoca también la suerte de los palestinos y el apoyo estadounidense a Israel.
"Sus manos están teñidas de la sangre de nuestros hermanos y hermanas, de nuestros niños asesinados en Gaza", afirma.
Cheij Mohamed, de 52 años, lleva 15 años detenido y podría ser condenado a la pena capital.
"Si su tribunal me condena a cadena perpetua, estaré feliz de estar solo en mi celda para adorar a Alá durante el resto de mi vida y arrepentirme delante de él de mis pecados y malas acciones", escribe Cheij Mohamed, quien fue sometido al 183 submarinos (simulación de ahogamiento) en marzo de 2003.
"Y si su tribunal me condena a muerte, seré todavía más feliz de ir al encuentro con Alá y los profetas y de ver a mis mejores amigos, a quienes mataron injustamente en el mundo, y de ver al jeque Osama Bin Laden", el fundador de Al Qaeda, agregó.