El mundo nunca volverá a ser igual después de la crisis de Ucrania

La guerra civil en Ucrania ya se ha transformado en una crisis global y los sangrientos sucesos de los últimos días ponen fin a cualquier intento de salir de la crisis por la vía diplomática, afirma el analista político Antón Jáshchenko.

«Un derecho internacional vigente que proteja a los débiles sin tener en cuenta si esto les gusta o no a los poderosos, no existe más», afirma el analista político ruso Antón Jáshchenko en su artículo, publicado en Facebook.

«Las autoridades de ese Occidente democrático ni siquiera tratan de salvar las apariencias», escribe el analista. De acuerdo con el politólogo, «no hay ningún diálogo, sino una total ocultación del todo lo que no coincide con su visión del mundo, y una amenaza ofensiva, una provocación que lleva a Rusia a contestar con medidas duras».

«El mundo nunca volverá a ser igual», lamenta Jáshchenko. «Con los que dieron las órdenes criminales contra su propio pueblo, quemaron a gente viva y dispararon a civiles, no podemos tener relaciones de buena vecindad. Con ellos, en general, no podemos tener ningún tipo de relaciones».

El analista añade que «es imposible considerar a los gobiernos de los países occidentales, que abiertamente apoyan la política nazi de Kiev, como nuestro socios».

Analizando la situación, afirma que «en un futuro próximo el ‘calentamiento’ en las relaciones internacionales sería posible sólo en caso de cambio de las élites políticas de Occidente».

Por eso el analista advierte que «a corto plazo seremos testigos de cambios fundamentales en la arena mundial: en la esfera del derecho internacional y de las relaciones económico-financieras».

«Aparecerán nuevas instituciones de seguridad global, que sustituirán a las que han perdido la independencia en la toma de decisiones», explica él.

No sólo el mundo cambiará, «Ucrania tampoco volverá a ser nunca la misma», agrega Jáshchenko. Según el analista, «si antes discutíamos la federalización de Ucrania, ahora es obvio que nadie quiere quedarse en un país donde los nacionalistas tienen derecho a matar a todos los disidentes. Además las acciones de Kiev autorizan de facto al sudeste no sólo a protegerse por cualquier medio, sino a atacar la capital de Ucrania».