Miles de bomberos australianos, apoyados por decenas de voluntarios, luchan contra 98 grandes incendios forestales en el estado Nueva Gales del Sur, y se teme que cientos de casas han sido destruidas.
Las llamas siguen ardiendo en las afueras de Sydney, a pesar de la disminución de las temperaturas y los vientos. Las autoridades ya han reportado la muerte de un hombre quien intentaba proteger su casa.
Alrededor de dos mil bomberos de todo el estado trabajan para tratar de contener los incendios, pero muchos todavía están ardiendo fuera de control.
Las autoridades aún buscan determinar el número exacto de viviendas afectadas por el fuego, sin embargo, se estiman al menos 200 hogares destruidos.
Agencias.