Un demacrado Alberto Fujimori caminó lentamente hacia el asiento que debe ocupar durante el juicio por el caso Diarios Chicha.
El ex mandatario peruano Saludó a sus hijos y Kenji Fujimori, presentes en la sala, y posteriormente se colocó él mismo un tensiómetro en uno de sus brazos. Minutos después se retiró de la sala para ser revisado por un médico. Posteriormente volvió.
Cuando todo indicaba que el juicio iba a continuar, el ex mandatario volvió a sentirse mal por lo que la audiencia se suspendió hasta el lunes 28 de octubre.
La Fiscalía ha pedido ocho años de prisión y el pago de un millón de dólares por reparación civil contra Fujimori por el presunto desvío de 43 millones de dólares por atacar desde las páginas de varios diarios sensacionalistas a sus rivales políticos en la campaña electoral de 2000.
Agencias