Un océano podría cubrir la superficie de Próxima b, discreto planeta cercano al nuestro y cuyo descubrimiento había causado gran revuelo en agosto pasado, anunciaron este jueves investigadores franceses.
El pequeño Próxima b fue descubierto en órbita en torno a la estrella más cercana al Sistema Solar, Próxima del Centauro, a «tan solo» 4,2 años luz de la Tierra.
El planeta está situado en una zona «habitable» que permite la presencia de agua líquida en la superficie, condición necesaria a la vida.
A raíz de su proximidad, podría ser el primer planeta fuera de nuestro Sistema Solar en recibir la visita de una sonda espacial, razón por la cual su descubrimiento, el 24 de agosto, generó tanto revuelo.
Próxima b posee una masa parecida a la de la Tierra (1,3 veces mayor) y órbita alrededor de su estrella a una distancia de 0,05 unidades astronómicas (es decir un décimo de la distancia del Sol a Mercurio).
Sin embargo, más allá de eso, ¿a qué se parece exactamente Próxima b? Es un misterio.
Un equipo internacional dirigido por el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) francés y de la Universidad de Aix-Marsella efectuó simulaciones detalladas, en un estudio que publicará en breve la revista «The Astrophysical Journal Letters».
Según los investigadores, para que Próxima b sea potencialmente habitable, hay dos escenarios posibles:
Si es pequeño –los investigadores evaluaron su radio mínimo en unos 5.990 km– es muy denso. Su núcleo sería metálico y muy grande. Formaría por sí solo los dos tercios del planeta. El resto estaría compuesto de un manto rocoso y –porqué no– de un poco de agua.
«Este primer caso no excluye la presencia de agua en la superficie del planeta, como ocurre en la Tierra, donde la masa de agua no supera el 0,05% de la masa del plantea«, precisa un comunicado común del CNRS y de la Universidad de Aix-Marsella.
Próxima b se asemejaría entonces un poco a Mercurio, el planeta de nuestro Sistema Solar más cercano a nuestro Sol.
El otro escenario posible es que Próxima b sea más grande, de un radio máximo de 8.920 km. Estaría entonces compuesto de un 50% de rocas, rodeadas de 50% de agua.
Toda esa agua formaría un inmenso océano con 200 km de profundidad, y recubriría toda la superficie del planeta.
«En esos dos casos extremos, una fina atmósfera gaseosa podría englobar al planeta, como ocurre en la Tierra, volviendo a Próxima b potencialmente habitable», precisa el comunicado.