Presuntos rebeldes islámicos atacaron el miércoles en el noreste de Nigeria, por cuarta ocasión en tres días, matando al menos 20 personas, incluido un gobernante local, dijeron funcionarios y fuerzas de seguridad.
La serie de ataques sin precedente tiene a muchos preguntándose la participación de políticos en la insurgencia y la capacidad de las fuerzas armadas de Nigeria para contener una insurgencia islámica de cinco años de duración que ha matado más de 1.500 personas este año, comparado con aproximadamente 3.600 entre 2010 y 2012.
«Una vez más, los métodos sofisticados de los atacantes con bombas e insurgentes, la audacia de sus ataques abiertos y la cautela devastadora con la que operan…
pone en duda la estrategia de las fuerzas de seguridad nigerianas y su compromiso a dar pelea», dijo el miércoles el diario The Guardian de Nigeria en un editorial.Apenas la semana pasada, el emir del atribulado distrito de Gwoza había pedido al gobierno «salvar nuestras almas», diciendo que su gente está siendo atacada diariamente.
Para martes, ya había muerto.»Ellos simplemente entraron caminando al palacio del monarca y le dispararon en su recámara, y cuando salían también dispararon a su guardia antes de huir», dijo el político Hyeldi Bwala.La mañana del miércoles, hombres armados atacaron la villa de Wala, en el distrito de Gwoza, matando a 18 personas, según un funcionario del gobierno local y un agente de inteligencia. Ambos pidieron no ser identificados debido a que no están autorizados a hablar con reporteros.
Los ataques ocurrieron después de la enorme explosión ocurrida el lunes en una repleta estación de autobuses que costó la vida al menos a 175 personas en Abuya, la capital, y del secuestro de cerca de 100 jovencitas que estaban realizando su examen final en una escuela, también en el distrito de Gwoza.
ABUYA, Nigeria (AP)
