Hace unos pocos años, algunos sociólogos determinaron que la vida íntima y sexual ya no despierta el interés de los japoneses, lo que se convierte en un problema demográfico.
En el año 2011, el Instituto Nacional de Población e Investigación de la Seguridad Social de Japón publicó los siguientes datos: el 61% de los jóvenes es célibe, y el 49% de las mujeres solteras entre los 18 y los 34 años no mantiene relaciones íntimas.
Además, la mayoría de los nipones que ya ha encontrado pareja no siente atracción sexual hacia su media naranja. Según la estadística, el 50% de los varones directamente ni practica el coito. Ellos se excusan argumentando que tienen en su vida actividades más interesantes y más atractivas que el sexo, algo que consideran muy aburrido.
En el trasfondo de tal actitud de la juventud, muchos expertos consideran que Japón se está sumergiendo en una crisis demográfica bastante grave, que podría conducir al país al colapso económico.
La cuota de ancianos es la más alta del planeta. La disminución de la tasa de natalidad podría llevar al fracaso del sistema de pensiones, a causa de la disminución de la población capaz de trabajar y sostener a los pensionistas, lo que tendría un efecto funesto sobre la capacidad defensiva de Japón, opina Iván Beloboródov, jefe del Departamento de Demografía, Migración y Problemas etno-regionales del Instituto de Investigaciones Estratégicas de Rusia «Esta tendencia deriva, como en la mayoría de los países desarrollados, en una apoteosis del consumismo y el arribismo. Los valores de la cultura contemporánea paulatinamente están sustituyendo la maravilla de la familia y el amor», subrayó Beloboródov en una entrevista para Sputink.
Otra explicación de la apatía sexual de los japoneses es la difusión de pornografía en el país. El porno lo acapara todo, desde las revistas hasta los ‘smartphones’. Por supuesto, esto ‘mata’ las sensaciones humanas naturales de atracción hacia los demás.
El fenómeno de la pérdida de interés de los ciudadanos del país por el sexo tiene su propio nombre: ‘síndrome del celibato’. Y eso asombra, si se toma en consideración que Japón, a diferencia de Europa, siempre ha sido un país abierto en relación al tema sexual. ¿Podrá el país asiático recuperar la atracción por las relaciones íntimas? Quizá no todo esté perdido.