Seis delegaciones latinoamericanas se retiraron este martes de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) durante la intervención del presidente interino de Brasil, Michel Temer.
Venezuela, Ecuador, Costa Rica, Bolivia, Cuba y Nicaragua decidieron dejar la sala donde se lleva a cabo la Asamblea anual del organismo internacional, acción que, pese a la poca difusión que de le ha dado en la prensa, evidencia el rechazo de la comunidad internacional hacia el mandato inconstitucional de Temer, quien llegó a la cabeza del Ejecutivo brasileño tras un golpe de Estado contra la mandataria Dilma Rousseff.
El canciller ecuatoriano, Guillaume Long, fue el encargado de hacer pública esta acción. A través de su cuenta en Twitter, informó el momento en el que las delegaciones dejaron el lugar.
Ecuador, Costa Rica, Bolivia, Venezuela, Cuba, Nicaragua salen de debate general de Asamblea General de ONU al tomar la palabra Michel Temer
— Guillaume Long (@GuillaumeLong) September 20, 2016
«Iba a hablar el presidente Temer y varios países, de forma espontánea, decidimos no escuchar las palabras del presidente. Es una práctica común cuando se quiere mandar una señal contundente de rechazo«, dijo Long.
Cuando Temer se disponía a pronunciar el discurso inaugural de la Asamblea General de la ONU, Long (que en la reunión representa al presidente Rafael Correa) fue uno de los que abandonó la sala.
También se retiró el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, así como delegaciones de Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua.
Long dijo a la AFP que el gobierno de Ecuador considera que la destitución de la ex presidenta Dilma Rousseff para la investidura de Temer fue «una suerte de golpe de Estado solapado con argumentos pseudo constitucionalistas» y añadió que «sienta un muy mal precedente para toda la región».
Lo ocurrido en Brasil, dijo el canciller ecuatoriano «nos parece impresentable en un contexto latinoamericano, que se ha marcado por tantos años por el autoritarismo y dictaduras de tinte militar. Creemos que no se puede jugar con la democracia».
Ecuador, añadió el ministro, ya «padeció de ese tipo de prácticas durante muchos años», y por ello «nos tomamos estas cosas muy en serio».