Durante este fin de semana la luna parecerá más grande de lo usual pues se encontrará próxima al perigeo, punto más cercano a la tierra a lo largo de su órbita.
La denominada Luna de la cosecha, por haber ayudado a los agricultores con su luz cuando aún no se había inventado la electricidad, avisa que se acerca el equinoccio de otoño y se diferencia de las otras porque aparece casi a la misma hora cada día, con una variación de apenas unos 30 minutos.
En Europa, Asia, África y Australia, además de este acontecimiento se producirá también un eclipse penumbral, que sucede cuando la luna pasa a través de la penumbra terrestre. Este fenómeno que no se repetirá hasta 2024.
Se diferencia de las otras Lunas llenas en que, durante esta época del año en el hemisferio norte, sale casi a la misma hora cada día, con una variación de apenas unos 30 minutos.
Eso hace que se la pueda ver elevarse poco después de la caída del Sol y causa la impresión de que hay Luna llena durante varios días consecutivos.
Aunque la Luna de la cosecha no es necesariamente más grande que el resto, la de 2016 sí se verá un poco más grande de lo habitual.
Sin embargo, para mucha gente tiene un gran atractivo, ya que la observan tras la puesta de sol, cuando está cerca del horizonte y entonces, como ocurre cono cualquier otra luna llena, parece más grande y más naranja. El tamaño es un efecto óptico que no acaba de ser explicado ni por astrónomos ni por psicólogos, pero una luna baja en el horizonte parece más grande de lo que realmente es. El color naranja es un efecto real de la dispersión de la luz.