Un artículo publicado por el periódico El Nuevo Herald advierte sobre las consecuencias para los turistas y residentes locales de bañarse en las reconocidas playas de South Beach, en la ciudad de Miami, estado de Florida, ante la posibilidad de infecciones por el virus del zika.
Los funcionarios de salud locales advirtieron a la población que no naden en Ocean Drive y South Point Drive ya que «los resultados del muestreo indican que el contacto con el agua puede plantear un mayor riesgo de enfermedad, en particular para los individuos susceptibles», debido a altos niveles de bacterias fecales.
Dicha contaminación proviene de aguas pluviales, vida silvestre, animales domésticos y residuos humanos.
Los medios locales indican que la oficina gubernamental de Miami-Dade informó que las bacterias enterococos que se hallaron en las playas de South Beach y Crandon Park, en Key Biscayne, exceden los estándares federales.
La zona de difusión del zika, en la turística ciudad de Miami Beach, aumentó tres veces su extensión y el Departamento de Salud de Florida identificó cinco personas infectadas, dos hombres y tres mujeres, en la nueva zona de contagio.
Dichas bacterias se encuentran en tractos intestinales de humanos y animales, por tal motivo la contaminación fecal sirve como indicador para los especialistas.
Un problema recurrente es que los residentes de esa localidad protestan por las fumigaciones aéreas con insecticidas para matar a los mosquitos que transmiten el virus, lo que impide que las autoridades puedan detener el brote de zika que afecta a esa zona del estado de Florida.