La policía francesa desmanteló el viernes un campamento irregular de migrantes en el norte de París, donde más de 2.000 personas, fundamentalmente sudaneses, afganos y eritreos, se habían instalado desde hace varias semanas y vivían en condiciones deplorables.
La evacuación, que se realizó bajo un fuerte dispositivo policial y en calma, comenzó temprano por la mañana.
Los migrantes, entre los cuales había mujeres y niños, fueron evacuados en autobuses y llevados a alrededor de 60 refugios en la región parisina, indicó la ministra francesa de Vivienda, Emmanuelle Cosse, presente durante el operativo.
Este campamento informal ya había sido evacuado el pasado 17 de agosto. Unas 700 personas habían sido trasladadas a centros de acogida. Pero desde entonces, cientos de migrantes volvieron a instalarse bajo carpas o sobre un simple colchón sobre el suelo.
Ibrahim, un sudanés que lleva un mes viviendo en este campamento, dijo a la AFP que quería subir a uno de los autobuses para «ir a donde sea, pero no aquí. Dormir en la calle es difícil. Ha llovido, estoy cansado, quiero descansar», contó.
El pasado 22 de julio, cerca de 2.500 migrantes habían sido evacuados de un campamento ubicado en el norte de la capital, en la operación de mayor envergadura de este tipo llevaba hasta ahora en la capital francesa.
Varias decenas de migrantes llegan cada día a París, que se enfrenta desde hace más de un año a un «flujo migratorio sin precedentes», según la alcaldía.
Para ofrecer una alternativa a estos migrantes, el ayuntamiento prepara un primer centro de acogida en el norte de la capital que abrirá sus puertas a mediados de octubre.
El centro, exclusivamente para hombres y con una capacidad para 600 personas, será un lugar de paso, donde los migrantes podrán beneficiarse de un control médico, recibir ayuda psicológica y consejos jurídicos antes de ser orientados hacia otras estructuras.
Otro centro para mujeres y niños, de 350 plazas, abrirá a fin de año en la periferia sur de París.