Un agente de policía que atendía a un aviso por robo abatió a última hora del miércoles a un chico negro de 13 años que portaba una pistola de aire comprimido en la capital del estado de Ohio, Columbus, informó el jueves la policía.
De acuerdo con un comunicado de la policía, Bryan Mason, un agente que disparó y mató a un hombre en 2012, estaba la noche del miércoles investigando un aviso por un robo a mano armada de 10 dólares cuando Tyre King, de 13 años, sacó una pistola de aire comprimido de su cinturón. El policía disparó y el chico fue declarado muerto en el hospital minutos después del suceso.
«Algo va mal en este país, y está llevando su epidemia a las calles de nuestra ciudad», afirmó el alcalde de Columbus, Andrew Ginther, que añadió que la muerte del niño «reclama la atención» de toda la comunidad.
No hay pruebas de que Tyre King esté relacionado con el robo.
La familia del chico reclamó un investigación justa e independiente de su muerte.
La policía de Columbus apuntó en su cuenta de Facebook que el oficial involucrado no llevaba una cámara en su cuerpo cuando disparó al chico, lo que podría dificultar las pesquisas.
Un grupo de personas se congregaron el jueves cerca del lugar de los hechos, algunos de ellos con carteles exigiendo justicia para Tyre, según publicó Associated Press.
La opinión pública está comparando la muerte de Tyre con el tiroteo mortal de un niño negro de 12 años, ocurrido en 2014 en este mismo estado. Por el contrario, la policía de Columbus rechazó el paralelismo y aseguró que «lo único similar en esencia es la edad, la raza y el resultado».
Fuentes oficiales revelaron a la Agence France-Press que la muerte de Tyre «supuso el decimotercer tiroteo en el que está involucrada la policía en Columbus en lo que va de año, cinco de los cuales acabaron con la muerte de los sospechos y en uno murió un oficial».
La muerte del chico negro viene precedida por varios tiroteos mortales a lo largo de Estados Unidos en los que la policía estuvo involucrada este año. Estos tiroteos cuestionaron el uso de la fuerza policial y algunos de ellos desencadenaron protestas contra la discriminación racial y la obsesión por las armas.