Un día de bombardeos aéreos intensos sobre la ciudad de Alepo y sus alrededores dejó el sábado al menos 45 muertos, de acuerdo con activistas de oposición.
El Centro de Medios sobre Alepo, colectivo de activistas, dijo que 45 personas murieron el sábado, solo horas después de que Rusia y Estados Unidos llegaran a un acuerdo para tratar de poner fin a la violencia en Siria. El Observatorio Sirio para Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, dijo que 30 personas murieron en la provincia de Alepo y otras 39 murieron tras ataques aéreos en la provincia aledaña de Idlib.
Es común que haya diferentes cantidades de muertos tras fuertes ataques en Siria.
Estados Unidos y Rusia anunciaron el sábado un trato que prevé un alto el fuego en todo el país a partir del lunes, seguido una semana después por una nueva alianza militar enfocada en el grupo Estado Islámico y milicianos de al-Qaida. Además, se establecerán nuevos límites a las operaciones de las fuerzas del presidente sirio Bashar Assad.
Previos ceses de fuego o treguas también han venido precedidos por aumentos de violencia porque tanto el gobierno como las fuerzas rebeldes tratan de consolidar posiciones o ganar nuevo terreno en las últimas horas que quedan de guerra.
La agencia estatal SANA dijo que el gobierno sirio acepta el acuerdo, agregando que las hostilidades pararán en la ciudad norteña de Alepo, la más grande del país, por «razones humanitarias». No dijo cuándo parará la violencia, agregando que el acuerdo estadounidense-ruso «se logró con el conocimiento y aprobación del gobierno sirio».
La violencia del sábado demuestra que podría ser difícil concretar el acuerdo estadounidense-ruso, debido a que ambos países tienen influencia limitada sobre el gobierno y grupos insurgentes para parar el bombardeo.
A principios de año, las dos potencias mundiales suscribieron otro acuerdo de cese de fuego, que entró en vigor en febrero, pero fracasó poco después y fue seguido por meses de violencia que dejaron miles de muertos.
Rusia es el principal país que apoya al gobierno de Assad, mientras que Estados Unidos ha estado apoyando grupos rebeldes que tratan de removerlo del poder. El conflicto de Siria, en su sexto año, ha seguido pese a varias negociaciones de paz y esfuerzos internacionales para acabar con la violencia. La guerra ha dejado al menos un cuarto de millón de muertos y desplazado al menos a la mitad de la población previa al conflicto.